Con la llegada del buen tiempo es habitual que aumente el número de ciclistas que circulan por las carreteras interurbanas. Por este motivo, resulta necesario que el resto de usuarios de la vía incrementen la precaución al volante con el objetivo de evitar trágicos accidentes de tráfico cuyas peores consecuencias recaen siempre sobre la persona que viaja en la montura de dos ruedas.
En el caso de los vehículos, pueden adelantar a las personas que se desplazan en bicicleta siempre y cuando al sobrepasarlos dejen una separación lateral de seguridad de al menos 1,5 metros. Pero ¿qué pasa si existe una línea continua en la calzada? ¿Deben esperar a que haya una marca longitudinal discontinua en la carretera para realizar la maniobra?
El artículo 167 del reglamento de circulación establece que una línea continua en la calzada significa que “ningún conductor, con su vehículo o animal, debe atravesarla ni circular sobre ella ni, cuando la marca separe los dos sentidos de circulación, circular por la izquierda de la misma”. Sin embargo, sí que es posible adelantar a los ciclistas siempre y cuando no se ponga en riesgo la seguridad de todos los usuarios de la vía.
La propia Dirección General de Tráfico (DGT) ha elaborado una infografía animada en la que explica cómo se debe llevar a cabo la maniobra, que al fin y al cabo viene a ser igual que si se realizara con trazos discontinuos. Lo primero es asegurarse bien que hay tiempo y espacio suficiente para completar el adelantamiento sin ningún peligro. Para ello es vital tener una buena visibilidad. ?? http://revista.dgt.es/es/multimedia/infografia-animada/2016/1210-adelantamiento-ciclista-linea-continua.shtml#.Xl-a3C-CGhB
El principal efecto que se produce con la lluvia es que disminuye la adherencia del neumático sobre el asfalto. Esto trae como consecuencia un incremento considerable de la distancia de detención.
Para disminuir los efectos de la lluvia en la conducción ten en cuenta las siguientes indicaciones:
Cuidado con las primeras gotas de lluvia; son casi siempre las más peligrosas , especialmente después de un largo periodo sin llover, ya que el agua y la suciedad acumulada forman una especie de barrillo muy resbaladizo en la calzada.
Atención al dibujo y la presión de los neumáticos. El neumático debe tener suficiente profundidad como para mantener una buena adherencia. También es muy importante que llueve la presión adecuada, ya que de lo contrario el contacto del neumático con el suelo no será bueno y evacuará pero el agua de la lluvia
Aumenta la distancia de seguridad para evitar los alcances. Con la lluvia se pierde adherencia, y por tanto aumenta considerablemente la distancia de frenado. Además, si vas demasiado cera del vehículo que va delante, la cortina de agua que este produce te impedirá un correcta visibilidad
Hazte ver. Utiliza la luz de cruce para ser visto. En caso de lluvia abundante y visibilidad reducida utiliza las luces antiniebla, sobre todo la trasera. Sin embargo, no olvides apagarla de nuevo cuando ya no sea necesaria porque puede molestar a los otros vehículos.
Evita que se empañen los cristales. Para desempeñar el cristal delantero rápidamente, dirige el aire hacia él y conecta el aire acondicionado en combinación con la calefacción. Conecta también la resistencia de la luna trasera si esta se ha empañado y desconéctala cuando ya no sea necesaria, ya que produce un aumento del consumo.
Revisa el estado de las escobillas y de los difusores del limpiaparabrisas. Es importante, sobre todo en invierno, comprobar que las escobillas están en buen estado y que eliminan el agua con la suficiente eficacia como para que tengas buena visibilidad.
Atención a la eficacia de los frenos. La distancia de detención puede alargarse si se mojan los frenos. Al circular mucho tiempo sobre el agua sin accionar los frenos puede ocurrir que no tengan la suficiente eficacia por estar mojados. Para evitarlo, da unos toques cortos y repetidos al pedal de freno, facilitando así el secado del sistema.
Guarda especial atención a los badenes y zonas inundables. No hay que arriesgarse si no es necesario. Si el agua moja el motor, este puede llegar a pararse. Si por el contrario atraviesas la zona inundada, seca los frenos tal y como se indicaba en el punto anterior.
Atención a la fatiga. Conducir bajo condiciones de lluvia exige mayor atención que por conduci en condiciones normales. Por ello deberás descansar con más frecuencia para evitar las peligrosas consecuencias del cansancio.
Finalmente, es necesario tener en cuenta que en suelos muy mojados se puede producir el fenómeno llamado aquaplaning. Esta peligrosa circunstancia ocurre cuando el neumático no puede evacuar toda el agua que encuentra a su paso y, por ello, pierde el contacto con el pavimento.
Las consecuencia de este fenómeno son fatales para la seguridad porque se pierde efectividad en la frenada, se alarga la distancia de detención, se puede perder el control sobre la dirección y la respuesta a la aceleración también se puede ver grave mente afectada.
Entre las causas del aquaplaning se suelen encontrar la velocidad excesiva, el desgaste del dibujo del neumático, el elevado espesor de la capa de agua o un pavimento con escasa capacidad de filtración.
Si te encuentras en esta situación debes hacer lo siguiente: soltar suavemente el acelerador, sujetar firmemente el volante, evitar pisar el freno y sobre todo no hacer movimientos bruscos con el volante.